Rogamos a Dios por santos, mas no por tantos
Aquí un refrán que constata que todo en exceso es malo, incluso de las cosas buenas. De hecho cualquier cosa, por muy necesaria que parezca y sea deseable, parece que superado un cierto límite puede considerarse como perjudicial. Le añade un componente religioso, como es el ruego a Dios. Y es que en las oraciones se le suelen pedir cosas, y es de agradecer cuando son concedidas, más cuando se conceden en exceso suelen venir también consideraciones negativas.