Afanar, afanar y nunca medrar

Este refrán es un tanto confuso en tanto que no se usa afanar como robar con habilidad sino con el de procurar conseguir cosas con energía y vehemencia. Es decir, significa que trabajar no suele dar grandes frutos por muchas ganas que le pongas, bien por la mala fortuna o por cuestiones más profundas. Hay quien dice que trabajando honradamente no se llega a rico, pero ahí afanar ya tendría su otro significado y el refrán más bien sería el contrario.

No puede ser el cuervo más negro que sus alas

Este refrán pretende destacar que si ya lo aparente es negro, turbio y malo, no va a haber ninguna sorpresa escondida para peor, puse es evidente que ya se ha descubierto todo el verdadero ser. Este refrán puede parecer apropiado en ocasiones, más sin embargo peligroso si se utiliza indebidamente, llamando a la calma, a relajarse y conformarse y provocando tal vez que sí llegue una sorpresa para nada deseada y aún peor de lo esperado.

Dios aprieta, pero no ahoga

Este refrán alude a aquellos creyentes que esperan gozar del favor divino, o de la fortuna. Les dice que Dios no siempre ayuda sino que al contrario aprieta y provoca situaciones de crisis, tal vez de desgracia. Más sin embargo hay que conformarse puesto que podría ser peor, y además deja pie a la esperanza de que una solución satisfactoria.

Dios da el frío conforme la ropa

Este refrán advierte de un Dios que aprieta y trae desgracia. Además no la trae por igual sino que con los menos favorecidos aprieta menos. La desigualdad por tanto la aplica para castigar más a los que son más fuertes y tienen más capacidad de soportar su ira.

El bien, buscarlo; Y el mal, esperarlo

Este refrán pretende ser una receta frente al bien y al mal, sobre como afrontarlos y tratarlos. Así, asume que el bien es algo que debe buscarse activamente puesto que vale la pena el esfuerzo. Sin embargo, el mal si que no debe buscarse, más aunque no se busque, no siempre se puede evitar y aparece, a veces con gran sorpresa. Por lo tanto, una buena medida es siempre contar con él, para al menos evitar ese factor sorpresa tan perjudicial.

Del mal, el menos

Este refrán viene asumiendo que no hay una alternativa buena y en este caso, se debe elegir el mal menor. Por lo tanto se asume una resignación, un conservadurismo a lo establecido y tal vez se limita la capacidad de búsqueda de una alternativa buena. Por otro lado se le da solución a un dilema donde al menos se evita la fatalidad.

Más vale reír que hacer reír

Este refrán compara a aquellos que producen risa con aquellos que se ríen debido a lo que hacen otros. Definitivamente se queda con los segundos. También indica como algunos adoptan posturas falsas tratando de crear una pose de seriedad que no es creíble y finalmente consiguiendo el efecto contrario. En este caso es mejor no parecer falso.

Quien ríe demasiado, es tonto confirmado

Este refrán ataca a aquellas personas de risa fácil, que a todo le ven la gracia y son incapaces de mostrar otros estados emocionales que no sean el de alegría desbordada. Ciertamente, una risa excesiva y tonos burlones no suelen ser adecuados cuando se busca la reflexión. Si ríen continuamente, por tanto, son incapaces de pensar bien. No obstante tampoco hay que confundir con aquellas personas optimistas y positivas. La risa de por sí es buena, aunque no en todas las situaciones.

A los tontos se les aparece la virgen

Este refrán critica a aquellos que parecen tener suerte cuando en realidad no la merecen. Dicho de otra manera y usando también términos religiosos: aquellos sencillos y humildes parecen ser los más favorecidos por Dios. Por lo tanto, quedan en evidencia otros que sí luchan por tener éxito y fortuna, con mejores armas incluso pero en cambio no logran tener el éxito deseado y se lo llevan otros que no lo merecen tanto.

No hay tal remador como el buen viento

Este refrán señala a las fuerzas de la naturaleza  y las ensalza, pues son demasiado poderosas como para no tenerlas en cuenta tanto para aprovecharlas cuando están a favor como para evitar ir en contra. Ciertamente también señala como a veces el esfuerzo no es señal de prosperidad porque cuando la fortuna no está de tu lado, no basta el merecimiento personal para tener éxito.

Uno levanta la caza, y otro la mata

Este refrán no habla de colaboración, precisamente, sino de como unos se aprovechan del trabajo de otros y se llevan el beneficio. La caza tradicionalmente retrata bien a la diferencia de clase, donde los señores se aprovechan del trabajo de los siervos. No obstante, este refrán va más allá y señala a la explotación y al capitalismo.

No todos los días son fiestas

Este refrán pretende dar un toque de atención a aquella persona que ha probado fortuna y le ha sonreído. En juegos de azar o en la vida en general, podemos sentirnos afortunados con las primeras experiencias, pero todo tiene su contrapartida y de hecho conviene tener siempre presente que la rueda puede girar. Eso pretenden decir este refrán, que no debe confiarse uno.

No hay anverso sin reverso

Este refrán pretende dejar claro que todo o casi todo en esta vida tiene sus contrapartidas, que no todo puede ser blanco, o negro, y más que eso, que a todo se le puede encontrar su contrario. De hecho se puede pasar de un punto a otro, bien a través de una zona de grises, o directamente como si de una rueda de la fortuna se tratase.

El hombre propone, y Dios dispone

Este refrán te dice que los hombres tienen iniciativa, que hacen planes, tienen proyectos, tratan de crear cosas… y sin embargo, el avance del proceso o el resultado no depende tanto de ellos sino de la voluntad de Dios. Nuevamente estamos ante un refrán que frena la aspiración de iniciativa o de cambio de los hombres, sometidos a leyes naturales y divinas superiores, que sirven también para explicar los resultados, y de resignación y autocomplacencia cuando son adversos.

A quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga

Otro refrán que invita a ser condescendiente con lo acontecido, porque no sucede por azar sino por designios divinos. Por tanto, Dios se ha manifestado y lo mejor que podemos hacer es actuar en consecuencia respetando su voluntad. Los que siguen y transmiten el mensaje de Dios, deben actuar en consecuencia y por eso San Pedro que es una delegación, no debe contradecirlo sino ir en la misma linea.

Dios escribe derecho con renglones torcidos

Este refrán es similar al que dice que los caminos de Dios son inescrutables, ya deja claro que todo forma parte de un plan maestro donde nada es lo que parece. Deja claro, por tanto, que hay un destino escrito y depende de Dios y no del hombre. Ese destino no es fácilmente descifrable pero se verá en el futuro. El destino será supuestamente bueno y por eso se usa para ocasiones donde el receptor del refrán acaba de recibir nuevas desagradables.

Nunca viene sino lo que Dios quiere

Este refrán incita a abandonar la lucha por el cambio, ya que será en vano si no cuenta con la bendición de Dios. Por otro lado también anima al conformismo, y abre algún hilo de esperanza ya que tal vez sea parte del camino que Dios ha trazado para que finalmente venga lo deseado.

Con el tiempo viene la razón

Este refrán pretende destacar como en la infancia o juventud, en etapas tempranas en general de numerosos procesos las cosas no están demasiado claras, hay inexactitudes e incluso ideas e hipótesis equivocadas, o falta de las mismas. En cambio con el tiempo y con la experiencia acumulada sí se pueden emitir mejores juicios, a posteriori. Por un lado ataca a los jóvenes pero por otro lado los disculpa echándole la culpa a la edad.

Vieja que baila, mucho polvo levanta

Este refrán ataca a la inconveniencia de realizar ciertas actividades o tener ciertas actitudes propias de un tiempo de la vida pasado y que en la vejez no parecen aconsejables. Ciertamente la sociedad suele ser muy crítica con los demás, y rápidamente se ridiculiza a los mayores que han dejado de tener capacidades que tenían antes, brillando menos el talento.

A poca barba, poca vergüenza

Este refrán establece una relación clara entre la juventud y la vergüenza, que puede ser de tipo inverso. Es decir, con los años y la experiencia supuestamente aprendemos que determinado actos o comportamientos deben ser más moderados y adaptados a las situaciones, los lugares concretos y a las características de los que nos rodean, impidiendo así ser calificados como sinvergüenzas. Sin embargo esto no se da en la juventud, cuando se empieza claramente a liberarse de la tutela de los padres.

El niño es el padre del hombre

Este refrán señala que la clave acerca del comportamiento y la ideología de un hombre está fuertemente marcado por la experiencia en la infancia. Esto que señala William Wordsworth a principios del siglo XIX, se ve con mucha más claridad con Sigmund Freud más adelante.

Por una vieja que murió, todo el año pestilencia

Este refrán establece una relación entre un gran acontecimiento malo y desagradable que viene desencadenado por otro más normal y relativamente pequeño. Es decir, una causa de una magnitud relativamente pequeña es capaz de provocar un  efecto tan devastador como pudiera ser una enfermedad, una epidemia. Por tanto aconseja cuidar los pequeños detalles y no descuidar ningún aspecto.

Cosa hallada, no es hurtada

El refrán pretende disculpar a aquellos que tengan problemas de conciencia, que se plantea cuando te encuentras con un botín inesperado, con un bien que aparentemente no tiene dueño. En realidad también vale de disculpa para los amigos de lo ajeno, pero constata un cierto cuestionamiento planteado a raíz de decidir qué hacer con un bien hallado.

No se puede decir nada tan absurdo que no haya sido dicho antes por un filósofo

Este refrán hace 2 críticas feroces, una contra lo nuevo y otra contra los filósofos. Es decir, aunque nos encontremos con un evento que pueda parecer novedoso, en realidad si conocemos bien el pasado podemos establecer similitudes lógicas que lo dejen en algo repetitivo, o siquiera un visión actualizada de algo ya descrito. Además dice claramente que los filósofos dicen muchas cosas y además al menos algunas son absurdas.