Este refrán alude a que no siempre un individuo u organización debe emplearse en atender todos los problemas o meterse en todas las cuestiones, especialmente en las menos relevantes ya que no suele ser inteligente o productivo. El águila simboliza a la inteligencia y a un posición de poder, mientras que la mosca representa justo lo contrario, la debilidad y le menudez. El fuerte no pierde el tiempo con menudeces.