Este refrán simplemente aconseja emitir juicios de valor con prontitud. O dicho de otro modo, no se deben emitir opiniones de manera temprana sino más bien todo lo contrario. Lo cierto es que 7 navidades que suponen 7 años parece una gran exageración, pero que da una idea de que se debe dejar pasar el tiempo antes de pronunciarse ante una idea, actitud o una persona.