Este refrán aconseja el cumplimiento del deber independientemente del resultado que pueda obtenerse. Atener al deber es lo importante para quien predica este dicho, y fomenta la concentración en la tarea, más allá de pensar las consecuencias de la misma o de cualquier posible adaptación en función del resultado. Para ciertos sistemas es importante la jerarquía, la sumisión y el no cuestionar las órdenes y reglamentos.