Quien quita la ocasión, quita el pecado

Este refrán pone de manifiesto que invertir en la prevención es rentable. Así, muchos errores no llegan a suceder si te toman las medidas adecuadas previamente. Se pueden evitar tentaciones de pecados, por ejemplo el robo, si la gente es un poco precavida y no da pie a situaciones poco deseadas. Quién quita la ocasión, quita el peligro, también se dice.

Algo hiede quien siempre bien huele

Este refrán critica claramente a aquellos que siempre ofrecen buena cara a todo, pecan de excesivo optimismo y ocultan los problemas. Utiliza una terminología muy clara, relativa a la higiene personal que algunos pueden disimular por ejemplo con perfumes para ocultar una falta de higiene. Si algo parece que va siempre bien, da pie a desconfiar, y este refrán pone el foco en aquellos poco críticos que nunca hablan de problemas.

Bien predica quien bien vive

Este refrán puede ser útil para atacar a aquellos que están en buena posición y que aleccionan a otros, que tal vez en su situación no pensarían igual. Ataca a los ricos que aconsejan a pobres, típicamente a políticos que vienen de buenas familias y buscan el voto entre las clases populares. Está relacionado también con el hecho de practicar con el ejemplo y no tanto con el habla.

Hacer bien, nunca se pierde

Este refrán te pretende hacer reflexionar acerca de que tus buenas acciones serán tenidas en cuanta y serán útiles. El concepto de bien no está nada definido pero en cualquier caso, la clave está en el aprovechamiento de las acciones bondadosas ya sea para otros como tal vez para uno mismo, pues el hecho de realizar buenas acciones tiene una recompensa personal de espíritu.

Al que al cielo escupe, en la cara le cae

Este refrán trata de advertir al arrogante de que sus acciones se le van a poner en contra debido a las leyes naturales. Una persona puede ir contra algo superior, reflejado en el cielo, sin ser consiente de sus limitaciones o incluso desafiando a la gravedad, y en esta acción puede ver como consigue logros durante un tiempo. Pero transcurrido el suficiente, el peso del poder superior se manifestará y el temerario será vencido.

Dime de qué presumes, y te diré de qué careces

Este refrán refleja perfectamente como alabarse a uno mismo es un síntoma de debilidad ya que no solo se fracasará al tratar de evitar ocultar una deficiencia si no que se logrará el efecto contrario. Esto es debido a que justamente se pone el foco en dicha debilidad. Únicamente si la manipulación fuera exitosa se podría cumplir con el objetivo, pero este refrán dice que dicha manipulación no será creíble y el autor quedará señalado.

A gran salto, gran quebranto

El refrán es muy similar al que dice que: «Cuanta mayor es la altura, mayor será la caída». Es decir, que se usa para advertir que si alguien sube a una posición muy elevada correrá un riego mayor, solicitando prudencia en las acciones que lleven a conseguir un salto en el estatus que pudieran ir adquiriéndose mediante fama, influencia y fortuna, y que un día podrían perderse. Dicha pérdida está relacionada con la magnitud de privilegio adquirido.

Quien te conoció ciruelo, ¿cómo te tendrá devoción?

Este refrán significa que es inútil que se plantee cualquier tipo de adoración una vez que se sabe el origen y el pasado, que por tanto imposibilita cualquier farsa presente o futura. Está relacionado con el que dice: «Aunque la mona se vista de seda, si mona era mona se queda». La frase es atribuida a Fernán Caballero y a una historia con un labriego y un ciruelo que fue tallado para representar una figura religiosa.

Al que de ajeno se viste, en la calle le desnudan

Este refrán es una clara advertencia hacia las personas que cogen recursos que no son suyos y los utilizan, puesto que puede darse el caso y se dará que finalmente sean desposeídos. No entra en si la toma de dichos recursos es legítima, como un préstamo donde hay consentimiento, o un robo, pero en cualquier caso como la propiedad está clara y es ajena, llegará el momento donde le despojarán, por ejemplo al transitar por caminos públicos.

Con hombre vano, ni en invierno ni en verano

Este refrán ataca claramente a las personas vanidosas a quienes señala, especialmente al género masculino. Lo que pretende decir es que no son buena compañía y en ningún caso posible. Los casos a los que alude para reflejar esto son extremos, como son las estaciones de invierno y verano, y que pueden asociarse por ejemplo a casos negativos como tristeza o necesidad frente a alegría o bonanza. La vanidad impedirá pensar en los demás y por tanto desaconseja la compañía de personas con esta característica.

Quien mal canta, bien le suena

Este refrán dice que las personas no son conscientes de sus defectos y hay cierta ceguera a la hora de darse cuenta uno de sus limitaciones. El amor propio y la vanidad nos impide reprobarnos porque vemos la realidad de una manera favorable. Esto puede traducirse como una pobreza de espíritu critico que nos impide adquirir conocimiento y mejorar.

Lo hueco suena más que lo lleno

Este refrán alude a que frecuentemente la esencia de las cosas pasa más desapercibida de lo que debiera, por algún tipo de ocultación o manipulación que permite que el ruido pueda triunfar. Está relacionado con la vanidad, y como algunas personas que en realidad están carentes de mérito consiguen resultados, lo que lamentablemente oculta a otras personas que sí lo tienen.

Nosotros somos los buenos, nosotros ni más ni menos

Este refrán alude al colectivo y en primera persona, a la hora de enfocar la bondad o la verdad. Es decir, que mediante la identidad propia o del colectivo propio se argumenta frente a lo exterior construyendo legitimidad. Lógicamente aludiendo al colectivo se refuerza aún más la idea que si se plantea de manera individual, ya que la idea tendrá mucho más peso y apoyo.

Torres más altas cayeron

Este refrán muestra un claro desafío al poder, o más bien a aquellos que de alguna manera se creen intocables. Se alude a que nadie es invulnerable y que por tanto por mas que no se vean las debilidades, todo el mundo las tiene. Nada permanece y forma parte del ciclo que más tarde o temprano iniciará su descenso. De algún modo se reconoce la fortaleza actual simbolizada por una alta torre.

Quien se alaba, se desalaba

Este refrán se usa para atacar a aquellos que son demasiado orgullosos y presumidos, puesto que estas acciones en realidad son contraproducentes. Vanagloriarse en exceso va a traer implicaciones negativas. Este refrán está muy relacionado con el: «Dime de qué presumes, y te diré de qué careces«, aunque no es exactamente lo mismo. En este caso simplemente se destaca el aspecto negativo de la acción, mientras que en el otro se va a lo concreto del motivo de la alabanza.

Vanidad y pobreza, todo en una pieza

Este refrán asocia dos conceptos como son la vanidad y la pobreza, más allá del simple «vanidad de vanidades, y todo vanidad«. La relación entre ambos es de unidad, es decir, que de algún modo van siempre juntos, y ahí donde se manifiesta lo uno también está presente lo otro. Más en concreto, parece un ataque claro a las personas vanidosas, las cuales son así debido a una carencia que pretenden cubrir, o simplemente son pobres de espíritu.

Vanidad de vanidades, y todo vanidad

Esta sentencia alude claramente a la vanidad, y no solo, sino que lo hace de un modo superlativo donde de las 6 palabras utilizadas 3 son vanidad. Como sabemos, este tipo de arrogancia se manifiesta debido a la persona se cree mejor que lo demás, o sus acciones deben generar una gran influencia sobre los demás. El refrán lo dice tajantemente y elude cualquier otra cuestión al respeto.

Poquito a poquito viene el apetito

En muchas ocasiones el deseo por algo no viene determinado por un impulso, como pudiera ser en el amor el típico flechazo, sino que viene manifestándose de forma gradual. Lógicamente tiene mucho sentido en el el comer debido al proceso digestivo donde poco a poco se va generando la sensación de hambre. Pero el refrán puede aplicarse a cualquier tipo de deseo lógico que igual de manera inmediata pudiera estar escondido.

Déjame entrar, que yo me haré lugar

Este refrán es toda una declaración de intenciones, que muestra osadía y valentía. Dada la capacidad manifiesta y salvo que se vaya de farol, aconseja que el interpelado debe acatar lo reclamado o sino se pondrá en valía dicha capacidad, demostrándose así los valores. Otra consideración que pude tener es la de que si se facilita el duro comienzo, luego podrá demostrarse la capacidad. Osadía no va a faltar.

No subas para bajar, ni bajes para subir

Este refrán te dice que no debes hacer movimientos que puedan ser contraproducentes, que en realidad son contradictorios y que suponemos se asocian a comportamientos éticos donde se pone en conflicto la riqueza y la vileza. Así uno no debe atacar a la dignidad de nadie, ni de la suya con el fin de alcanzar un grado elevado de riqueza, pero tampoco debemos comprar la dignidad con dinero.

Muchos son los llamados, y pocos los elegidos

Este nuevo refrán alude al éxito y a las baja probabilidad de conseguirlo. No obstante la muestra será amplia ya que se alude a una cantidad elevada que alguien reclama y que suponemos será Dios ya que sale en el evangelio de San Mateo, XX, 16 y XXII, 14. Los elegidos por tanto podrán ir al cielo, aunque en nuestro proverbio podemos decir que lograrán el éxito tras algún proceso de selección .

Lo mejor es enemigo de lo bueno

El refrán quiere decir que debemos evaluar bien el riesgo porque suele pasar que a veces tenemos cosas alcanzables y ciertas que podemos perder si somos demasiado ambiciosos ante la posibilidad de una mejora que si bien también es cierta, no debe ser muy notable. Aunque es similar al: «más vale pájaro en mano que ciento volando», lo cierto es que en este la opción peor la da por buena, por muy satisfactoria mientras que en el segundo caso podría ser que no fuera suficiente.

Burla burlando, vase el lobo al asno

Este refrán muestra como todo está encarrilado a pesar de que no haya mucha consciencia de ellos. Así, la burla o disimulo puede tratar de despistarnos pero incluso si tratan de quitarle relevancia al asunto, sucederá lo que está ya dispuesto. Este refrán es similar al de «los del palacio, con disimulación cumplen sus apetitos», que dice que finalmente los deseos y aspiraciones se convierten en realidad, que está dispuesto aunque pueda haber un poco de burla y disimulo al tratar de conseguirlos.

Lo que fue, es y será

Otro refrán que indica que todo permanece en el tiempo, y es la esencia misma que no cambia, por mucho que se pueda aparentar lo contrario. Si se ha descubierto la esencia de una cosa o un ser, por más modificaciones que ocurran y cambios que se le hagan, no va a renunciar a su ser, y por tanto es inútil cualquier intento de cambio, pues tarde o temprano de pondrá de manifiesto lo que es, y si no es ahora, lo será en un tiempo futuro.