Este refrán puede ser útil para atacar a aquellos que están en buena posición y que aleccionan a otros, que tal vez en su situación no pensarían igual. Ataca a los ricos que aconsejan a pobres, típicamente a políticos que vienen de buenas familias y buscan el voto entre las clases populares. Está relacionado también con el hecho de practicar con el ejemplo y no tanto con el habla.