Aunque vestido de lana, no soy borrego

Este refrán alude claramente al de que las apariencias engañan, aunque no de un modo tan abstracto sino que alude a la riqueza, asociada muchas veces con la lana que no se pueden permitir los pobres, y a la inteligencia que viene asociada siempre al burro. Por tanto el refrán desasocia la indumentaria con la inteligencia.

Los hombres son hijos de su tiempo más que de sus padres

Aquí este refrán pone en confrontación la ideología y la forma de pensar de los hombres, su educación y su cultura, que más que venir dadas por la influencia de los padres y del ambiente familiar, es dada por la el entorno dominante de la época que les toca vivir. Sin duda alguna todo influye y el refrán lo deja patente, pero puestos en una balanza, pesa más el primer término que el segundo

Soñaba el ciego que veía, y soñaba lo que quería

Aquí tenemos un refrán que habla de la ilusión, y más en concreto de una persona ilusa que no percibe bien la realidad sino que la adultera favorablemente para sus intereses, siendo excesivamente positivo en sus apreciaciones. Así, no solo viven en un mundo de ilusión sino que allí hay cierta presunción de poder. A veces el deseo de ver satisfechos nuestro anhelo nos hace percibir la realidad de este modo.

A donde el corazón se inclina, el pie camina

Este refrán alude al corazón que simboliza la fuerza, el impulso, el deseo, que es capaz de hacer camino y hacer mover lo que sea necesario para conseguir su anhelo. Querer es poder, y es algo que dice este refrán, donde los sentimientos son la principal fuerza por encima de la razón y otros valore que pueda tener. Si hay un interés y una voluntad, podrán superarse obstáculos como el tener que hacer camino.

Lo que se aprende en la cuna, siempre dura

Este refrán te indica que el aprendizaje en primera instancia es muy eficaz, y así la educación en los niños es muy eficaz porque se presupone que durará a lo largo de toda su vida. Alude por tanto a la necesidad de encarar a las personas y forjarlas en su carácter a muy corta edad, probablemente porque luego más tarde difícilmente se pueden conseguir los mismos efectos.

Quién malas mañas ha, tarde o nunca las perderá

Ese refrán es ciertamente negativo a la hora de valorar la posibilidad de cambio para una persona caracterizada por su vileza en una transición hacia la bondad. Está claro que la experiencia nos va cambiando con el tiempo, pero así como el espíritu puede ir corrompiéndose a medida que tenemos experiencias negativas, este refrán nos muestra que el caso contrario es muy infrecuente y de hecho si sucede será tras una larga espera.

Por lo que uno tira, otro suspira

Este refrán indica que siempre puedes encontrar a 2 personas que piensen distinto acerca de un caso, o incluso cuando se trata de sentimientos de desprecio o deseo. Puede estar relacionado también más allá del carácter de cada uno de su condición social o entorno. Así por ejemplo una persona adinerada puede despreciar una comida que seguramente agradecería mucho una persona pobre.

Tantos hombres, tantos pareceres

Aquí tenemos otro refrán que da muestra de que no hay dos personas iguales y que es difícil que piensen exactamente lo mismo ante cualquier caso que se presente, y ya puestos, totalmente imposible en todos. Asimismo apela al colectivo que responde a un número elevado de miembros y que por tanto es complicado ponerlos a todos de acuerdo. En realidad es una traducción de un verso de Terencio: Quot homines, tot sententias.

Algo va de Pedro a Pedro

Este refrán indica que todos somos distintos entre nosotros, por más que tengamos cosas en común. Cada individuo es único y por más que haya similitudes o vínculos muy fuertes, siempre hay particularidades entre 2 individuos a los que personaliza con nombres de Pedro. Frecuentemente se enjuicia a 2 personas estableciendo la misma sentencia, cuando siendo justos, probablemente no tengan ambos el mismo peso.

Al erizo, feo y todo, Dios le hizo

Aquí tenemos un refrán que promueve que todos somos respetables, dignos y reconocidos como criaturas de Dios, cada uno con sus características propias y diferencias. Apela a la igualdad y a la tolerancia desde el cristianismo. Puede ser usado por ejemplo para recriminar a aquel que discrimina, especialmente por alguna condición que pueda parecer inferior en algún sentido como pueda ser cualquier forma de belleza, que por otro lado tiene un componente subjetivo.

Entre todos la mataron y ella sola se murió

Esta expresión alude a evitar cargarle la responsabilidad a una persona cuando su desgracia es un cúmulo de acciones de un colectivo. En ocasiones, y aunque sea con contribuciones de poco peso y puntuales, la suma de muchas y por muchos individuos pueden frustrar el trabajo de un personaje que por lo que sea es incapaz de imponer su autoridad. También se evita concretar en esa derivación de responsabilidad donde se alude al colectivo en vez de acusar a una parte en concreto.

Mucho miedo y poca vergüenza

En ocasiones vemos esta frase donde el carente de virtud o malvado da señales de temor ante la reprimenda que pueda llevar tras sus acciones, pero que sin embargo y a pesar de todo las sigue haciendo. Esto puede ser un sinónimo de temeridad, valentía o incluso de tener bien poca vergüenza por insistir en las fechorías incluso a sabiendas de la reprimenda porque tal vez cuenta con que no sea real.

No hay hombre tan malo que no tenga algo bueno; ni tan bueno que no tenga algo malo

Este refrán apela a la humanidad del hombre, de la propia naturaleza humana que provoca que hasta el el ser más bondadoso que exista haya cabida para un poco de maldad, e incluso que en el ser mas malvado haya un espacio de bondad. Como todo es relativo, las cosas nunca suelen ser blancas o negras, y menos en lo relativo a los hombres. En determinadas situaciones y más allá de las apariencias, es normal que haya ciertas contradicciones.

La más endeble rueda es la que más suena

Este refrán alude a que muchas veces se queja el que menos motivos tiene de hacerlo. Va ligado a otro refrán que dice que la cuerda siempre rompe por lo más fino. Por ejemplo en una tarea en equipo donde se encuentran dificultades, no se corresponde la queja a aquella parte que más contribuye a la resolución del problema. El que más debería callar es el que alza la voz, algo que suele contrariar a los demás.

Al que mal hace, nunca le falta achaque

Aquí tienes un refrán que podrás ver a diario en la sociedad, donde por más fechorías que se comentan, parece que siempre hay disculpas por parte de los causantes. Parece que fueran expertos en improvisar excusas o las tuvieran preparadas ya. El caso es que pocas veces nos vamos a topar con un maleante que se quede en blanco o simplemente asuma su responsabilidad.

De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso

Esta gran frase que hoy en día esta proverbializada y atribuida correctamente a Napoleón Bonaparte, en realidad fue dicha por muchos otros personajes históricos. El general francés la pronunció a causa de los contratiempos y sacrificios tomados por el ejército. Puede referirse no obstante a que la clave entre el éxito y el fracaso no es muy significativa en ocasiones o incluso depende exclusivamente de factores sobre los que no se puede influir como el azar.

Piensa el ladrón que todos son de su condición

Este refrán hace referencia al hecho de que el que actúa mal piensa que todo el mundo hace como él. En concreto, parafraseando al proverbio, si alguien es ladrón, piensa que todo el mundo roba como él, cuando realmente no es así. Se aplica a las personas que actúan mal pensando que la mayoría de la gente también lo hace.