En muchas ocasiones el deseo por algo no viene determinado por un impulso, como pudiera ser en el amor el típico flechazo, sino que viene manifestándose de forma gradual. Lógicamente tiene mucho sentido en el el comer debido al proceso digestivo donde poco a poco se va generando la sensación de hambre. Pero el refrán puede aplicarse a cualquier tipo de deseo lógico que igual de manera inmediata pudiera estar escondido.