Este refrán pone de manifiesto que invertir en la prevención es rentable. Así, muchos errores no llegan a suceder si te toman las medidas adecuadas previamente. Se pueden evitar tentaciones de pecados, por ejemplo el robo, si la gente es un poco precavida y no da pie a situaciones poco deseadas. Quién quita la ocasión, quita el peligro, también se dice.