Este refrán es toda una declaración de intenciones, que muestra osadía y valentía. Dada la capacidad manifiesta y salvo que se vaya de farol, aconseja que el interpelado debe acatar lo reclamado o sino se pondrá en valía dicha capacidad, demostrándose así los valores. Otra consideración que pude tener es la de que si se facilita el duro comienzo, luego podrá demostrarse la capacidad. Osadía no va a faltar.