Aquí este refrán pone en confrontación la ideología y la forma de pensar de los hombres, su educación y su cultura, que más que venir dadas por la influencia de los padres y del ambiente familiar, es dada por la el entorno dominante de la época que les toca vivir. Sin duda alguna todo influye y el refrán lo deja patente, pero puestos en una balanza, pesa más el primer término que el segundo