Basta a cada día su pesar

Este refrán aconseja evitar pensar en preocupaciones futuras, pues el día a día ya traen suficientes problemas como para pensar en el medio o largo plazo. El refrán es bastante negativo puesto que parece indicar que todos los días son malos, de tristeza o situación complicada de soportar. Además deja entrever que puede ir a peor incluso, así que mejor no mirar más allá. Ciertamente eliminar la planificación y vivir al día no parece lo adecuado salvo para situaciones irreversibles.

Enemigos del placer, sospechar y temer

Este refrán deja claro que todas las personas deben sentir y buscar el placer, y si no es el caso, anima a desconfiar porque va contra natura. Ataca por tanto a los pusilánimes, que no buscan el placer y ser cautelosos con ellos. Por otro lado también supone que el placer está bien definido y no diferencia como unas personas pueden sentir placer por unas cosas y otras por otras. Parece indicar que sólo hay un modo de comportamiento, el que supone correcto, y muestra intolerancia hacia lo demás.

La alegría viene de arriba

Este refrán quita al hombre del foco, quien no es más que un sujeto vulnerable a la intervención divina. Solo Dios es capaz de proporcionar alegría y por tanto anima a cualquiera que se sienta dichoso a dar gracias al Señor. Si la alegría viene a raíz de sucesos un tanto aleatorios, o forzados, esto ha de ser porque Dios así lo quiso y nunca por la acción u omisión del hombre.

La alegría es flor de un día

Este refrán define a la alegría como algo sino instantáneo, bastante fugaz, pasajero. Contrariamente a lo que sería un estado de pasividad, la alegría hace que se fluctúe en un corto período de tiempo, o al menos así nos lo parece al establecer la unidad en un día frente a una temporada o un año.

Más vale un día alegre con medio pan que uno triste con un faisán

Este refrán está comparando la felicidad y satisfacción que se pueda tener por un bien de escaso valor frente a otro valioso. De hecho, no está relacionado y tanto se pude experimentar alegría teniendo pobreza y tristeza teniendo riqueza. En estas situaciones, es mejor vivir pobre y feliz que rico y triste. Puede ser una vez una consolación para los pobres o tal vez un toque de atención a los ricos.

Más vale reír que hacer reír

Este refrán compara a aquellos que producen risa con aquellos que se ríen debido a lo que hacen otros. Definitivamente se queda con los segundos. También indica como algunos adoptan posturas falsas tratando de crear una pose de seriedad que no es creíble y finalmente consiguiendo el efecto contrario. En este caso es mejor no parecer falso.

Quien ríe demasiado, es tonto confirmado

Este refrán ataca a aquellas personas de risa fácil, que a todo le ven la gracia y son incapaces de mostrar otros estados emocionales que no sean el de alegría desbordada. Ciertamente, una risa excesiva y tonos burlones no suelen ser adecuados cuando se busca la reflexión. Si ríen continuamente, por tanto, son incapaces de pensar bien. No obstante tampoco hay que confundir con aquellas personas optimistas y positivas. La risa de por sí es buena, aunque no en todas las situaciones.

Alegría ten, y vivirás bien

Este refrán señala que el estado de ánimo es fundamental para tener una vida placentera, de felicidad y éxito o justo lo contrario. El estado de ánimo recomendado es el de alegría, de ser positivo ante los acontecimientos que se produzcan en la vida. Incluso aunque acabe llegando la fatalidad, no te pueden quitar lo bailado.

El placer no comunicado, no es placer

Este refrán indica que una gran parte de placer se da más que en el hecho que lo produce, en poder compartirlo. Literalmente niega el hecho de que un individuo pueda tener placer si nadie lo conoce aparte él mismo, algo que no parece razonable. No obstante el hecho de ser compartido magnifica el placer, así como pueda suceder con las penas, que compartidas, no duelen tanto.

Cuando el abad está contento, lo está todo el convento

Este refrán te indica dos cosas, hace hincapié en la importancia de la jerarquía a la que reafirma y refuerza la influencia de la cabeza visible, y por otro lado resalta que el estado de ánimo es contagioso. En particular un estado de ánimo positivo y alegre por parte de arriba influye bastante a los de abajo.

Cuando el bien te sale al encuentro, métele dentro

Este refrán te indica que debes aprovechar las oportunidades, que no llegan continuamente sino de manera un tanto fortuita en ocasiones. Esas oportunidades también se pueden ir, y tal vez no volver, así que corren vientos a favor, parece el momento de emprender el movimiento y no precisamente cuanto todo está en contra.

No es el bien conocido hasta que es perdido

Este refrán tan popular refleja el poco valor que se le da a las cosas hasta que se pierdan. De hecho se puede llegar al extremo de que ni siquiera se conoce dicho valor. Claro está, la ausencia del bien que tenía una función, o proporcionaba satisfación y felicidad pone el foco en él, por las consecuencias que tiene.

Buenos martes y malos martes los hay en todas partes

Este refrán habla del segundo día de la semana, asociado tradicionalmente con la mala suerte. Los supersticiosos, de hecho, procuran no embarcarse en proyectos de riesgo en este día. Sin embargo el refrán resta importancia a esto y destaca que el resultado puede tener resultados tanto positivos como negativos.

Para un hombre desgraciado, todos los días son martes

Este refrán señala como hay gente poco agraciada donde ya no solo es que tenga mala suerte puntualmente sino que es de manera permanente ya que no hay un sólo día con viento a favor. Es por eso que dice que todos los días son martes, porque según la tradición este día de la semana es asociado a la mala fortuna.

Para los desdichados se hizo la horca

Aquí tienes un refrán que señala que ataca a la justicia muy duramente puesto que el hecho de hacer justicia o no va a depender de tener suerte o no. ¿Hay algo más injusto? Además, no se trata sólo de hacer justicia sino de una condena a pena de muerte por decapitación. Da por hecho entonces que los afortunados no pasarán por la horca por más que lo pudieran merecer según las leyes vigentes.

Al desdichado, poco le vale ser esforzado

Este refrán destaca que hay fuerzas más potentes que la dedicación, el buen hacer o el talento, como por ejemplo la suerte. Podría por tanto pretender consolar a aquellos que fracasan y no se esfuerzan lo suficiente aludiendo a la fortuna como causa, o desmotivar a aquellos que perseveran en la lucha cuando las condiciones son adversas.

Hay casualidades que parecen providencias

Este refrán señala a determinados hechos que ocurren fortuitamente, y a pesar de aparencer cierta aleatoriedad, justamente se dan cuando parece ser que son mejor recibidos. Por lo tanto, de entre los momentos en los cuales puede ocurrir un suceso, parece justo reconocer que si se dan precisamente en el idóneo se pueda comparar a una providencia.

Bien sobre bien, sobre hojuelas miel

Este refrán señala a una concatenación de sucesos favorables, o más bien a la capacidad de un suceso positivo de potenciar a otro también positivo. Es decir, nos habla de hojuelas, que son unas especies de crepes que son muy apetitosas, ¿y qué decir de la miel? Pues si ya de por sí las hojuelas son sabrosas, ni que decir tiene si encima se les hecha miel.

Quien nace para martillo, del cielo le caen los clavos

Este refrán refuerza la idea de que algunas personas están predestinadas a ejercer determinadas funciones u ocupar ciertas posiciones en la sociedad, ya que los sucesos parecen venirles de cara allanándoles el camino. Da por echo entonces de que unos son privilegiados con respecto a otros y especialmente aquellos que ejercen el poder, puesto que parecen tener las armas para ejercerlo, armas tan potentes que incluso se identifican con el poder divino del cielo.

A los tontos se les aparece la virgen

Este refrán critica a aquellos que parecen tener suerte cuando en realidad no la merecen. Dicho de otra manera y usando también términos religiosos: aquellos sencillos y humildes parecen ser los más favorecidos por Dios. Por lo tanto, quedan en evidencia otros que sí luchan por tener éxito y fortuna, con mejores armas incluso pero en cambio no logran tener el éxito deseado y se lo llevan otros que no lo merecen tanto.

No hay tal remador como el buen viento

Este refrán señala a las fuerzas de la naturaleza  y las ensalza, pues son demasiado poderosas como para no tenerlas en cuenta tanto para aprovecharlas cuando están a favor como para evitar ir en contra. Ciertamente también señala como a veces el esfuerzo no es señal de prosperidad porque cuando la fortuna no está de tu lado, no basta el merecimiento personal para tener éxito.

Uno levanta la caza, y otro la mata

Este refrán no habla de colaboración, precisamente, sino de como unos se aprovechan del trabajo de otros y se llevan el beneficio. La caza tradicionalmente retrata bien a la diferencia de clase, donde los señores se aprovechan del trabajo de los siervos. No obstante, este refrán va más allá y señala a la explotación y al capitalismo.

Da Dios mocos a quien no tiene pañuelo

Este refrán resalta como en ocasiones parece que la fortuna se pone en contra precisamente de los que parece que tienen más falta de ella, ataca a los desprotegidos, a los más débiles. En cierta forma, anima a la dejadez y a la autocomplacencia, a culpabilizar a un Dios injusto de las desgracias y por tanto asumir que no se puede hacer gran cosa frente a los designios del ser supremo.