Este refrán está comparando la felicidad y satisfacción que se pueda tener por un bien de escaso valor frente a otro valioso. De hecho, no está relacionado y tanto se pude experimentar alegría teniendo pobreza y tristeza teniendo riqueza. En estas situaciones, es mejor vivir pobre y feliz que rico y triste. Puede ser una vez una consolación para los pobres o tal vez un toque de atención a los ricos.