Este refrán desaconseja luchar contra un poder superior, fomentando el conservadurismo y la sumisión. Deja claro, por tanto, que existen dos posiciones, una donde débil que tiene márgen de maniobra para al menos dar coces, y otra posición fuerte, con un gran poder representado por un aguijón. Las coces no parecen efectivas realmente frente al aguijón, si no más bien un movimiento de puro espectáculo. A veces conviene más hacer menos teatro y desde la discreción ser más efectivo