Este refrán es tal vez el mejor consejo para aquellos que no encuentran una respuesta ante la ira de los oponentes o rivales. Y es que no siempre es bueno el alejamiento o la imparcialidad frente a un comportamiento iracundo, y entonces cuando se busca que tipo de repuesta es la conveniente, se aconseja cierta templanza, tranquilidad y mansedumbre. Chocaría por tanto con aquellos que pretenden realizar una respuesta más agresiva. Y es que el fuego no se apaga con fuego…