Este refrán ataca a aquellas personas con supuestas artes adivinatorias puesto que todo intento de predecir el mal será en vano. Algunos dan por hecho el concepto de destino, pero señalando que es impredecible. Cabe resaltar como caso particular que incluso a veces, cuando ya está demasiado cerca de afectarte, también se sigue esta pauta.