Aquí tienes un refrán muy conocido que sirve como gran vara de medir para cuando no se sabe bien la cantidad correcta a considerar. Ciertamente, podemos caer en 2 fallos típicos, como quedarnos cortos o irnos demasiado largo. Con este refrán todo queda claro, y es mejor pecar en exceso que en defecto. Por eso puede ser un ataque a la moderación y a las posiciones excesivamente conservadoras.