Este refrán te dice que las apariencias engañan, y aunque veas señales que indiquen malas formas e insinúen malos comportamientos, si hay virtud esta se manifestará y vencerá. Sin duda alguna podemos ver indicios que nos hagan pensar acerca de otra persona y prejuzgarla, aunque con el tiempo, con la experiencia podemos ver su verdadero ser, que si es virtuoso se será claramente.