Este refrán condena la unión de dos o más cosas de un mismo tipo, ya que por ser parecidas, forman una pareja o unión simple e insignificante. Por el contrario, la unión de cosas distintas siempre enriquece el conjunto.
Este refrán condena la unión de dos o más cosas de un mismo tipo, ya que por ser parecidas, forman una pareja o unión simple e insignificante. Por el contrario, la unión de cosas distintas siempre enriquece el conjunto.