Este refrán pone el foco en las causas de los problemas, y saca una conclusión clara al respeto. Ante un error, un problema o un fracaso lo que suele ser capital es la calidad y no tanto la cantidad. Es por eso que aunque a simple vista la esbeltez pueda parecer un síntoma de debilidad, en realidad hay otras propiedades mucho más relevantes a la hora de evaluar la resistencia.