Este refrán se contrapone a otros que dan por hecho que nacemos con ciertas características, como: Lo que se aprende en la cuna, siempre dura. En este caso es la costumbre que moldea a la naturaleza primera y de hecho es más poderosa ya que si no se corrige en sus primeras manifestaciones luego es imposible de ser corregida. Algunos autores como Marcel Proust dicen que destruye a la primera.