Este proverbio pretende decirte que tu experiencia en la vida está muy relacionada con el momento de la muerte. Es decir, por ejemplo, si toda la vida fuiste un temerario que corrió riesgos innecesarios es probable que seas víctima de uno de ellos. Si lo tomamos como algo negativo podemos vincularlo claramente con este otro: «Quién mal anda, mal acaba«. Aunque si por otro lado lo tomamos como algo positivo podríamos vincularla a: «Genio y figura, hasta la sepultura«.