Este refrán resalta que en la vida siempre hay problemas, conflictos, cargas, que la vida no es todo color de rosas. No obstante unos tienen una actitud que podríamos decir de buen aire mientras que otros tienen la contraria. En el primer caso nos podríamos llegar a confundir y pensar que tiene problemas, que no tiene su cruz, pero sin embargo este refrán señala correctamente que no es verdad, que simplemente los afronta de otra manera.