Este refrán alude a la vida en sí misma, al tiempo que cada ser humano dispone para la vida, que no solo es finito si no que además en la mayoría de las ocasiones, tal vez por el instinto de supervivencia, se hace corto. Por lo tanto, recomienda aprovecharlo para hacer cosas productivas. Además el tiempo es cambiante y tu situación de hoy no será la misma que la de un tiempo futuro, por lo que si no haces algunas cosas hoy, tal vez queden sin hacer nunca.