Este refrán aconseja prudencia ya que la posición conservadora supuestamente no tiene tanto riesgo. El cambio es por tanto perjudicial tanto que se provoque buscando una mejora como lo contrario. Realizar acciones, aunque sean bondadosas no parecen ser útiles, mientras que si son acciones malvadas estas traerán la fatalidad. Puede también aludir a la suerte y a sus continuos vaivenes, donde por tanto la posición correcta sería tirando a neutra, reprimiendo el éxito y escapando del fracaso.