Este refrán asocia a la vida a la música, y no a una cualquiera sino a un estilo tan popular como el fandango. Todo permanece en movimiento, especialmente a través de un tiempo cambiante, pero con armonía. Si esto es así, lo inteligente es adaptarse y no explica como, pero está claro que una posición estática y en contraposición a la música es un síntoma de poca inteligencia y necedad, como simbolizan los asnos.