Este refrán tan largo lo que viene a hacer es una crítica a la representación que pueda hacer un narrador o un artista que pretenda reflejar una realidad. Ciertamente es complicado plasmar una realidad, e incluso percibirla ya que lo real es subjetivo. Esa diferencia se pone en manifiesto con una medida notable como es la de cien leguas. Igualmente, si pretendemos recrear una realidad reflejada, no siempre lo logramos exitosamente. De hecho lo normal es que haya bastante diferencia.