Este refrán habla de la dualidad de las cosas, y como ejemplo vivo, podemos verlo de 2 maneras. Podemos entenderlo como que hay 2 formas de enfocar los problemas, siendo extremas y por tanto la mejor idea pueda ser un término medio. O también podemos verlo como que hay una manera buena de resolver los problemas mientras que la otra es mala. En cualquier caso, destaca la capacidad dual, y es algo que siempre ha de tenerse en cuenta, especialmente cuando parece que sólo hay una postura impuesta.