Este refrán aconseja firmeza a la hora de afrontar cuestiones relativas al deber, y es contrario a cualquier adaptación ante las circunstancias previstas o imprevistas y especialmente desfavorables para el cumplimiento de dicho deber. La rigidez es un valor especialmente para aquellos que buscan sumisión ante los poderes, y una manera de reforzarla puede ser la difusión de refranes como este. Lo cierto es que si algo vale mucho la pena, debe ser defendido a toda cosa y hay que luchar contra síntomas de debilidades.