Este refrán pone el foco en la acumulación de riqueza, en la codicia de las personas adineradas que nunca tienen suficiente. Bien es cierto que el proceso de acumulación probablemente tiene mucho que ver con esta característica, pero desde el punto de vista de los demás lógicamente es criticable. Cuesta comprender que el que más tiene, más quiere, porque lo que te parece mucho, si lo tuvieras, tal vez seguirías mirando a otros que tienen más que tú y por tanto también tiene una componente de envidia.