Este refrán va dedicado a los que intentan aparentar cualquier mérito aún antes de poseerlo de verdad. Como decía Napoleón: «Haríamos un buen negocio comprando al hombre por lo que vale, y vendiéndolo por lo que él cree que vale».
Refranes relacionados
- Las penas son cadenas
- La mayor desgracia no es tenerla, sino merecerla
- Los males hacen amistades
- Nadie es adivino del mal que está vecino
- Los duelos con pan son menos