Este refrán aconseja un comportamiento un tanto bipolar para sobrevivir prosperar en la vida. Así por un lado uno se debe mostrar virtuoso y talentoso, mientras por otro lado, debe suplir las carencias con ciertas dotes para la manipulación y el engaño. Puede ser que en un momento dado se deba apostar más por lo primero, sin descuidar lo segundo, y viceversa. Hay cierta contradicción entre arte y engaño, pero se debe cabalgar entre ambas para poder vivir más y mejor.