Refrán que aconseja no actuar con prontitud ni atropello, ya que en la mayoría de los casos, la impaciencia juega malas pasadas y lo que se consigue es perder más tiempo aún. Recomienda andar despacio y con paso firme aunque la situación requiera premura. Una frase acuñada por muchos filósofos y sabios a lo largo de los tiempos es la de «Quien se apresura demasiado termina más tarde» o la de «El que va demasiado aprisa, llega tan tarde como el que va muy despacio».