Este refrán alude al aspecto constructivo de una situación, de un estado de las personas que permita ciertamente la creación de una mejora. Es decir, sin salud uno se vería con una gran limitación a la hora de contribuir a algún proyecto, y mucho más fundamental es el estar vivo, o el dedicarle tiempo. Además, las necesidades básicas como la comida, asociada a ollas, deben estar más o menos cubiertas para poder ser constructivo y aportar a cualquier proyecto.