Este refrán alude a la prioridad de ciertas cuestiones, y que no hay nada más importante que las relativas a la supervivencia. Pero no solo, ya que se alude a un segundo término «filosofar» que se puede traducir con cualquier tipo de reflexión acerca del modo de viva, y que contrapuesto señala que la prioridad de la vida es atender a las cuestiones básicas y materiales, y que solo luego nos podemos ocupar de cultivar la mente, de reflexionar o dedicarse a la cultura.