Este refrán advierte de los peligros que tiene el descuidar hasta los más pequeños detalles de las cosas, porque pueden desencadenar un efecto no previsto, un efecto incluso aleatorio o efecto mariposa, o una secuencia lógica como la que se planteó en origen con esta expresión. Y es que fue dicha en su día a raíz de un acontecimiento histórico, real con la pérdida de Flandes en tiempos de Felipe IV tras un accidente de un jinete a caballo.