Este refrán apela a la prudencia y a la reflexíón profunda antes de tomar juicios o acciones, a ser conservador en cuanto a las ideas y templar el carácter. Pero que sin embargo a la hora de trabajar o ejecutar acciones se debe buscar la rapidez. Relacionadas ambas, muestra una clave a la hora de resolver problemas, donde se debe dedicar la mayor parte del tiempo a evaluarlos y a tomar decisiones, que además va permitir una mejor ejecución si hay establecido un buen plan.