Lo que no va en lágrimas, va en suspiros

Este refrán plantea que nuestra dedicación, nuestro tiempo o nuestra energía es limitada y perecedera, y esto no depende de cada uno de nosotros. No obstante sí se puede elegir qué hacer con el tiempo y en base la actitud, la suerte y a otras cuestiones puede derivar más en unos derroteros u otros, que aquí reflejan con dos opuestos, dos posturas extremas como simbolizan los suspiros de alegría y esperanza o las lágrimas de tristeza y desafección.

Cosa hallada, no es hurtada

El refrán pretende disculpar a aquellos que tengan problemas de conciencia, que se plantea cuando te encuentras con un botín inesperado, con un bien que aparentemente no tiene dueño. En realidad también vale de disculpa para los amigos de lo ajeno, pero constata un cierto cuestionamiento planteado a raíz de decidir qué hacer con un bien hallado.

Todo lo nuevo place y lo viejo satisface

Este refrán contrapone lo nuevo con lo viejo y pone en valor a lo viejo por encima de lo novedoso, al que hay que reconocerle que entra mejor al ojo y nos llega mucho más, pero que también tiene carencias y finalmente acaban pesando. Es entonces cuando se pone en valor lo viejo, que debido a la experiencia se sabe de su valor y permanece. El refrán alude claramente al trato con personas, a la facilidad con la que nos mostramos dispuestos a nuevas amistades pero que sin embargo son las de toda la vida las que valen la pena.

No se puede decir nada tan absurdo que no haya sido dicho antes por un filósofo

Este refrán hace 2 críticas feroces, una contra lo nuevo y otra contra los filósofos. Es decir, aunque nos encontremos con un evento que pueda parecer novedoso, en realidad si conocemos bien el pasado podemos establecer similitudes lógicas que lo dejen en algo repetitivo, o siquiera un visión actualizada de algo ya descrito. Además dice claramente que los filósofos dicen muchas cosas y además al menos algunas son absurdas.

No hay nada nuevo bajo el sol

Este refrán simplemente te pretende decir que no hay novedades, más allá de que acontecimientos recientes puedan indicar otra cosa. Aunque nos encontremos con eventos que puedan parecer novedosos en cuanto a contenido, tiempo o forma, con este refrán los tiras abajo, asociándolos a otros eventos pasados ya vividos. Incluso aunque no se conozcan las causas que provocaron dicho acontecimiento en el pasado, uno reciente no justifica que sea algo nuevo.

Tres mudanzas equivalen a un incendio

Este refrán te dice que abusar de las mudanzas equivale a una pérdida total de tus bienes, como podría ocurrir en caso de un incendio. Esta equivalencia curiosa fue establecida por Benjamin Franklin, y refleja el empeoramiento de las cosas debido al movimiento. Si tienes pertenencias valiosas, aconseja no hacer excesivos cambios, no abusar de ellos y ser conservador.

El desorden almuerza con la abundancia, come con la pobreza y cena con la miseria

Este refrán es una crítica brutal al desorden, que es capaz de convertir en tan sólo un día lo que antes era abundancia en miseria, algo que refleja con las 3 comidas más importantes del día. Así, el desorden es culpable de la degradación, la quema y despilfarro de los recursos. Ciertamente debe de haber un control y una buena gestión si se busca la conservación. El orden por tanto va ligado a la buena gestión y al cuidado de los recursos.

Bien se está el pie en la pierna

Este refrán, como tantísimos otros clama por ser conservador y respetar el orden natural de las cosas. Aconseja por ejemplo, darse cuenta de que todas ellas tienen sus sitio y su orden, y por eso el pie no debe moverse en exceso si quiere quedar ligado a la pierna. Utilizar los pies refleja el movimiento, la búsqueda y la iniciativa, que por tanto es desaconsejada por este refrán.

De lo pintado a lo vivo, hay cien leguas de camino; y de lo vivo a lo pintado, otro tanto

Este refrán tan largo lo que viene a hacer es una crítica a la representación que pueda hacer un narrador o un artista que pretenda reflejar una realidad. Ciertamente es complicado plasmar una realidad, e incluso percibirla ya que lo real es subjetivo. Esa diferencia se pone en manifiesto con una medida  notable como es la de cien leguas. Igualmente, si pretendemos recrear una realidad reflejada, no siempre lo logramos exitosamente. De hecho lo normal es que haya bastante diferencia.

Mas hacen pocos y buenos que muchos que lo sean menos

Nuevamente tenemos otro refrán que apela a la calidad frente a la calidad. Si estamos por ejemplo evaluando una fuerza militar, podemos encontrarnos con que un número pequeño, bien adiestrado y equipado es más eficaz que otro grupo más numeroso y desequipado o en malas condiciones. Ciertamente sucede también en equipos de trabajo o en cualquier actividad donde se requiera formación o requerimientos mínimos para poder desarrollarse.

No se quiebra por delgado, sino por gordo y mal hilado

Este refrán pone el foco en las causas de los problemas, y saca una conclusión clara al respeto. Ante un error, un problema o un fracaso lo que suele ser capital es la calidad y no tanto la cantidad. Es por eso que aunque a simple vista la esbeltez pueda parecer un síntoma de debilidad, en realidad hay otras propiedades mucho más relevantes a la hora de evaluar la resistencia.

Burro grande, ande o no ande

Aquí en este refrán no se andan con chiquitas, y lo que pretenden dejar bien claro es que la cantidad importa y no solo, sino que es una característica fundamental a la hora de decantarse por una opción. De hecho lo que se baraja es la relación entra cantidad y calidad, y este refrán lo deja bien claro. La poca calidad de un burro que no ande bien es más recomendable que la gran calidad de un burro que sea también pequeñito. La cantidad gana a la calidad.

Rogamos a Dios por santos, mas no por tantos

Aquí un refrán que constata que todo en exceso es malo, incluso de las cosas buenas. De hecho cualquier cosa, por muy necesaria que parezca y sea deseable, parece que superado un cierto límite puede considerarse como perjudicial. Le añade un componente religioso,  como es el ruego a Dios. Y es que en las oraciones se le suelen pedir cosas, y es de agradecer cuando son concedidas, más cuando se conceden en exceso suelen venir también consideraciones negativas.

Más vale que sobre que no que falte

Aquí tienes un refrán muy conocido que sirve como gran vara de medir para cuando no se sabe bien la cantidad correcta a considerar. Ciertamente, podemos caer en 2 fallos típicos, como quedarnos cortos o irnos demasiado largo. Con este refrán todo queda claro, y es mejor pecar en exceso que en defecto. Por eso puede ser un ataque a la moderación y a las posiciones excesivamente conservadoras.

Lo que abunda no daña

Este refrán es contrario a otros que dicen que todo en exceso es malo como por ejemplo Nada en demasía, demostrando una vez más como hay refranes para una cosa y su contraria. En este caso apela a la abundancia de recursos e indica que esa es una condición que no es perjudicial en ningún caso. En cierto modo, la escasez es lo que provoca muchos conflictos y por tanto se debería cumplir siempre. No obstante no sirve para una regla general ya que sí hay cosas malas en abundancia como puede ser la enfermedad o la muerte.

Ni tanto ni tan calvo que se le vean los seso

Nuevamente aquí tenemos otro refrán muy popular que simboliza la relación entre entre 2 extremos como puede ser la calvicie o una excesiva melena. Ataca por tanto a aquellas posiciones extremas ante la vida y aconseja irse más a posiciones intermedias y conservadoras, donde el riesgo sea menor y por tanto la seguridad sea en principio mayor. Se puede decir que más que el exceso critica más la escasez por hacer esa comparación final.

Bien dijo el que lo dijo: O corte o cortijo

Este refrán te indica que debes apostar por lo grande, evitando quedarte corto y ser excesivamente moderado en tus pretensiones. A pesar del riesgo, anima a buscar la excelencia y es contrario por ejemplo a refranes como Basta lo que es suficiente,Por carta de más o por carta de menos se pierden los juegos. La corte o cortijo alude al hecho de que vale más ir a vivir a una gran ciudad y e intentarlo que conformarse con la mediocridad y vulgaridad.

Por carta de más o por carta de menos se pierden los juegos

Este refrán alude a los juegos de azar y especialmente aquellos de naipes, donde cada jugador suele disponer de varias cartas y curiosamente tan solo una pequeña variación, de apenas sólo una carta puede significar la condición de victoria o derrota. Yendo más allá observamos como en algunos juegos la avaricia y el riesgo suelen ser fatales, y es por eso que se recomienda ser conservador y evitar pedir esa última carta en ocasiones, pero también evitar ser excesivamente conservador y no pedirla nunca. Busca la justa medida.

Los extremos se tocan

Aquí tienes un refrán popular que revela que las posiciones extremas, a pesar de tener grandes contradicciones, tienen algunas similitudes. De echo algunos van más allá y sugieren que son posiciones realmente semejantes y que el paso de una posición a otra es muy sencillo y hasta probable. Aquí entran por ejemplo las relaciones de amor y odio. En cualquier caso es un ataque a lo extremo y busca claramente reforzar posiciones intermedias que supuestamente son mejores.

Nada en demasía

Este refrán ataca al exceso y busca por tanto su contrapartida que es la moderación. Cualquier cosa se ve que es un problema superado cierto límite y este refrán te dice que todo tiene un límite y si si se supera se está en condición de demasía, una condición que debe evitarse. Esto además vale para todo y se hace regla universal que implica que no hay ninguna excepción.

Basta lo que es suficiente

Este refrán explora los límites de una actitud o comportamiento, y así recomienda alejarse del exceso y adoptar una postura más conservadora. Entonces, ¿cuándo se debe parar? Se anima a colmar lo que se define como suficiente, es decir, las características mínimas que deben cumplirse para alcanzar un cierto grado de satisfacción, que implique suficiencia. Una vez llegado a ese punto, se promueve el exceso, que siempre es recomendable cortar y por eso se anima a decir basta.

Maldita seas, ave; La pluma, mas no la carne

Este dicho es una composición de una primera parte donde se maldice algo, más una segunda donde se apela a la serenidad, a la prudencia y al buen juicio. Y es que nos podemos encontrar con que rechazamos una persona, cosa o acción que no nos gusta, al menos alguna característica o manifestación. Sin embargo hay que ver la totalidad para poder juzgar convenientemente, ya que a menudo y a pesar de la existencia de ciertas características que nos molesten, luego otras provocan que sí valga la pena.

Quién de dos relojes se sirve, nunca sabe en qué hora vive

Este refrán ataca a la complejidad y promueve una vida sencilla donde todo está dictado. Anima por tanto a no pensar y a seguir lo establecido ya que así todo tiene sentido, así estará en hora. Para alguien progresista este refrán es muy duro ya que elimina todo espíritu crítico, toda duda y por tanto cualquier capacidad de cuestionamiento de lo establecido y de mejora.

Por el humo se sabe donde está el fuego

Este refrán nos pretende decir que debemos fijarnos en los efectos para así detectar donde está la causa de los problemas. Es decir, van unidas la causa y el efecto, y por tanto, si queremos atacar al efecto y tener un resultado distinto, debemos primero mirar la relación de causalidad y modificar ese origen. Por más que se quieran ocultar ciertas cosas o acciones, siempre dejan un rastro que puede seguirse, y en este caso lo refleja el humo que sale del fuego.