Este refrán alude al colectivo y en primera persona, a la hora de enfocar la bondad o la verdad. Es decir, que mediante la identidad propia o del colectivo propio se argumenta frente a lo exterior construyendo legitimidad. Lógicamente aludiendo al colectivo se refuerza aún más la idea que si se plantea de manera individual, ya que la idea tendrá mucho más peso y apoyo.