Este refrán señala a las fuerzas de la naturaleza  y las ensalza, pues son demasiado poderosas como para no tenerlas en cuenta tanto para aprovecharlas cuando están a favor como para evitar ir en contra. Ciertamente también señala como a veces el esfuerzo no es señal de prosperidad porque cuando la fortuna no está de tu lado, no basta el merecimiento personal para tener éxito.