Refrán que se aplica tanto en los momento de mala como de buena suerte, de forma que dice que si ya han sucedido dos sucesos similares, un tercero está por llegar tarde o temprano.
Refranes relacionados
- Las penas son cadenas
- La mayor desgracia no es tenerla, sino merecerla
- Los males hacen amistades
- Nadie es adivino del mal que está vecino
- Los duelos con pan son menos