Este refrán aconseja no contenerse a la hora de reconocer los méritos de otros dado que hacerlo sería una muestra de que se adopta una postura contraria. Aunque dicen que el que calla otorga, en este caso ocurre lo contrario y es que en cuanto a acciones positivas del prójimo debemos manifestarnos y reforzarlas. Al ser nosotros buenos, también recibiremos el mismo tratamiento.