Este refrán señala como ni siquiera a veces con el esfuerzo se puede lograr el éxito. De hecho puede pasar de estar a punto, de tocarlo con las punta de los dedos para finalmente fracasar. Este es un punto realmente frustrante y que el refrán lo refleja perfectamente. También se dice cuando el enfermo lucha contra la enfermedad y tras lograr diversos progresos finalmente recae.