Este refrán te aconseja adoptar una postura de incredibilidad ante las noticias recientes, especialmente si no hay una constatación real y palpable del suceso. Frecuentemente establecemos juicios a la ligera, precipitados, y que pueden llevar a errores de bulto. Anima también, por tanto, a comprobar la veracidad de los hechos. También alude a que la percepción más fiable pueda ser la del sentido de la vista, descartando otras opciones.