Este refrán pone el foco de atención en el sistema de aprendizaje, en cómo se adquiere el conocimiento útil para la vida, y dice que la experiencia adquirida útil no es solo cuestión de un tiempo dedicado ni se genera expontáneamente. Plantea un método de enseñanza basado en la experiencia y además indica claramente que se aprende más de experiencias negativas que positivas. De experiencias positivas es más difícil extraer conclusiones que cuando sufres las consecuencias de malas decisiones.