Este refrán te dice que si una persona está muy interesada por otra, como enamorada, todas sus características le son agradables, por más que causen indiferencia o rechazo para otros. El polvo de la oveja no parece gran cosa para nadie, al lobo le parece algo muy atractivo porque sabe que pertenece a su deseo que es la oveja. También puede interpretarse como que el deseo desmedido por algo pude hacer que aceptes por real algo que no lo es.