Este refrán indica que debiera haber un onceno mandamiento que sería el de no molestar. Es decir, sabemos que los mandamientos que dios entregó a Moises según diversas religiones en unas tablas de piedra gravadas son diez, y así vienen escritos, en su forma ordinal. Por eso esta expresión esta dicha de este modo. Estorbar o molestar debiera considerarse un gran agravio ya que frecuentemente sucede que los demás influyen negativamente en la vida de uno.