Este refrán refleja perfectamente como alabarse a uno mismo es un síntoma de debilidad ya que no solo se fracasará al tratar de evitar ocultar una deficiencia si no que se logrará el efecto contrario. Esto es debido a que justamente se pone el foco en dicha debilidad. Únicamente si la manipulación fuera exitosa se podría cumplir con el objetivo, pero este refrán dice que dicha manipulación no será creíble y el autor quedará señalado.