Este refrán te dice básicamente que por un lado las apariencias engañas, que no siempre es lo que parece, y que por otro lado donde pueda verse bondad, puede haber vicio en realidad. En sociedad y sobre todo en ciertos personajes abunda la hipocresía, y es algo que podemos comprobar a diario cuando algunos ricos esconden evasiones fiscales, blanqueo de dinero o pagos de favores en donaciones aparentemente generosas y beneficiosas para la sociedad. Lógicamente es una expresión muy ligada a la religión católica, y del mismo modo también podemos ver como delincuentes van a misa, o curas cometen atrocidades.